Esta administración tiene por objeto, el cuidado de las personas que componen el núcleo familiar, la pertenencia de los bienes patrimoniales y la correcta distribución de los ingresos. Cuando decimos cuidados de las personas, nos referimos a la satisfacción de sus necesidades materiales, atendiendo aspectos fundamentales de su desarrollo, como alimentación sana, vestidos prácticos, habitaciones agradables y asistencia a los enfermos.
Con todo esto podemos afirmar que la economía doméstica es una técnica, necesitada de un aprendizaje que proporcione la experiencia necesaria a toda buena administración.
Hay tres tipos de gastos: Los fijos; variables y el extraordinario.
- Gastos fijos: Son aquellos que son invariables y comprenden: el alquiler de la vivienda- o pagarés, por su compra -, la alimentación, los recibos de la luz, el teléfono, el gas...
- Gastos variables: Son los que tienen periodos fijos de desembolso, pero que por ser más o menos habituales pueden preverse. Como la ropa, el calzado, las reparaciones, etc.
- Gastos extraordinarios: Son aquellos que pueden o no presentarse y por tanto, no es posible contar con ellos. Un ejemplo de estos: Un viaje inesperado, un tratamiento médico, un accidente o una enfermedad.
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